Segunda
parte – Luca
Capítulo
14
-Ahora-
Soy
Luca, Luca.. No, mi apellido carece de importancia. Soy hijo de
Angelo, Angelo Venucci y Katherina, Katherina Fiore. Para ellos, el
apellido sí que es importante. A
mí, me gustaría renegar de él.
Soy de Nápoles (Italia). A pesar de lo que la gente ha creído, mi
familia siempre ha trapicheado y trapicheará con la mafia. Desde
pequeño siempre he estado en medio, al igual que mi hermano
Alessandro. Él, considera un regalo tener a la mafia tan cerca. Ésta
nos acogió como a un hijo y nos enseñaron a pelear y defendernos.
Lo hicieron con el único objetivo de que a la larga, estuviéramos
dentro. A pesar de todo, nunca me entrometí en su juego. Me mantuve
todo al margen que mis padres y la mafia me dejaron. Aun así, eso no
quitó que estuviera metido de lleno en varias peleas y tuviera que
defender el honor de mi fmailia. Para mi desgracia, eso no ha
terminado a día de hoy.
Mi
hermano, es más duro y se metió de lleno en la mafia, intentando
llegar a lo más alto. Después de aquello, más de una vez tuve que
acudir en su rescate para salvarle el culo. Eso me ha echo más
audaz, más insensible con el enemigo (y también con quien no lo
es), desconfiado de todos, maleducado, protector y más chulo. He
estado en un millar de peleas por mi hermano. Peleas en la que no
siempre salía ganando. De ahí las numerosas marcas y cicatrices que
tengo en la espalda y los brazos.
Poco
a poco, mi familia ha ido entrando en la mafia hasta llegar a ser lo
que son, lo que somos ahora: la mafia en sí misma. Mi padre, tan
ambicioso como es él, consiguió hacerse un hueco entre los clanes y
fundar el suyo propio. Todos le respetan. Nuestro clan tiene más
importancia que muchos de los que había antes de que él fundara el
nuestro. Y Ahora, todo es defender el honor de la familia y ascender
por la pirámide, hasta llegar a lo más alto. Es algo que nos han
inculcado desde pequeños y de lo que no es facil no pensar o
siquiera escapar. Estamos atrapados, estoy atrapado. Es vivir con la
mafia o morir.
A
parte de Alessandro, mayor que yo, tengo tres hermanos más que
pronto conocerán todos los trapicheos de la familia: mi hermano
Frabriccio de diez años, mi hermana Chiara de dieciseis (a la que mi
padre ya ha emparejado con otro chaval de un clan cercano, para así
poderse unir y que crezca el imperio que mi padre ha ido creando) y
mi hermana menor de nueve años, Agatha. (la cual no tiene aún
ningún “prometido” aunque mucho me temo que en cuanto tenga
trece o catorce años, se verá comprometida a prometerse y casarse).
A
los dieciseis dejé casi por completo mi casa y empecé a pasar más
tiempo, incluso alguna noche en casa de mi tía Cristiane Fiore y su
hija (mi prima) Sandrae Fiore. No fui muy lejos, pues ellas viven en
la casa contigua a la de mis padres. Igual que mis abuelos, que viven
en la casa siguiente. Me alejé de mi casa con la excusa de cuidar de
ellas, pues mi tío, murió cuando yo tenía once años.
Mi
tía siempre me ha cuidado como a un hijo. Me enseñó desde los ocho
años a hablar español, igual que a Alessandro y Chiara. Siempre me
dijo que debía ir a España a estudiar.
Eso
es lo que he estado haciendo desde los dieciseis. He estado
reciviendo clases durante dos años de química
y laboratorio, y botánica;
algo a lo que mi padre no veía de provecho. Hasta hace unos meses.
A
pesar de que he conseguido alejarme de mi padre, el precio no ha sido
bajo. He podido salir de Italia a cambio de ayudar, hacerme muy
amigo, convencer como sea, enterarme de como lo hace... Jose
Antonio Quesada Rubio.
Él es mi objetivo. Quiere crear un suero natural, o lo más natural
que pueda hacerse, más barato que el suero normal y que sea más
efectivo. Para ello hay que combinar varios tipos de plantas y algún
elemento químico (los menos posible o ninguno, si es posible). Mi
padre, de todo esto, quiere conseguir que Jose Antonio le venda el
suero sin que antes se haya patentado, pues a la larga quiere hacerse
con el monopolio del suero. Sé que suena raro, pues la mafia no es
de esas que se dedique a ir salvando vidas, pero quieras que no, él
solo ve negocio en todo ello, no el salvar vidas. Cree que así su
imperio crecerá. No lo niego.
Es
mi último trabajo y despues seré libre. Como sea, pero huiré. Sé
que es dificil y no es seguro hacer esta locura, pero no me queda
otra. Lo tengo que hacer por Chiara. Sé que seguramente me terminen
encontrando y lo pague caro, con la muerte seguramente. Pero tengo
que intentarlo.
Lo
único que debo hacer es terminar este trabajo y hacerlo perfecto.
Seré el insensible que he sido desde que tengo memoria casi. Lo
primero es no formar lazos sentimentales con Jose, solo los meramente
necesarios para el plan. Tampoco debo hacer lazos con ninguno de su
familia, pues me puede desviar de mi objetivo. No es la primera vez
que hago esto y sé como funciona todo. Tengo que mantener mis
sentimientos a un lado, como siempre que trabajo. No es nada nuevo.
Me he vuelto un insensible, un chico malo, un tío que solo piensa en
salvar su pellejo, que piensa en su familia, en el honor a ésta...
Tengo
que hacerlo por Chiara.
Ya
casi no recuerdo como era antes de que la mafia entrara en mi vida.
Es algo que quiero recordar.. Todos estos años alrededor de la mafia
han echo que me vuelva algo insensible, que enmascare mis
sentimientos y que aparente ser un tipo duro. De ahí mi pendiente,
una barra que cruza mi oreja y mis tatuajes, una calavera en la otra
oreja y un tribal que va desde mi pectoral a mi espalda y mi brazo,
formando un arbol genialógico. He adquirido mi pose chula con el
tiempo. Chuloputas de noche y estudiante de día... nunca se me ha
dado bien mantener las dos facetas.
Ahora
estoy aquí, en Alaska, desde antes del verano. Mayo, para ser
exactos. Llegué antes que Jose Antonio y estuve tanteando el
terreno. Ahora que ya le he conocido, he intentado acercarme a él
todo lo que he podido. Y así he conseguido que me vea como un pobre
chico italiano que ha huido de su familia y no tiene a nadie en
Alaska. Así es como he conseguido que me invite a la cena de
Navidad, en su casa.
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