Capítulo 1
Mi nombre es Ana y vivo desde
agosto, hace exactamente dos meses, en Alaska. Nos hemos mudado aquí por el
trabajo de mi padre. Es médico y ahora está enfrascado realizando una
investigación que según él, es muy importante (haciendo el suero de la forma
más natural posible; con plantas que se encuentren en abundancia y esas cosas.
Así podrá conseguir un suero más barato).
Yo no quería mudarme. He dejado
a mis amigos en Madrid (España), a miles de kilómetros de donde me encuentro
ahora mismo. Y aunque ellos digan que vendrán a verme se que es muy dificil que
puedan hacerlo. Echo de menos Madrid, mi casa, mi perrita..
Quiero que pasen ya los diez u
once meses que me quedan aquí e irme a casa. Desde que llegamos no he conocido
a nadie. Solo puedo hablar con mis padres o mi hermano. He tenido que “dejar”
un año la universidad. Solo tengo que ir a los examenes. Me mandan los apuntes
y videos de las prácticas (soy estudiante de fisioterapia). Y me gustaría poder
estar con mis amigos en clase, aunque sé que es imposible. Las prácticas las
haré en un hospital de Alaska. Mis profesores se encargaron de que pudiera
vivir esa experiencia al menos. Es lo único bueno de estar aquí. También he
tenido que dejar a mi perrita, Sami, en Madrid. Ella vendrá la semana que viene
con mi tio. Mi ropa y mis cosas también tienen que esperar para venir aquí...
Aquí tenemos lo imprescindible y aun así no hemos logrado colocar todo.
–Tenemos que contaros algo
chicos –dijo mi madre acercándose a la habitación de mi hermano donde estabamos
ambos con Sami. Cuando nos vio juntos, se sentó en la cama de mi hermano; mi
padre hizo lo propio. Y entonces fue cuando nos soltaron la bomba de relojería.
–Nos vamos a Alaska un año
–afirmó mi madre. Ni siquiera nos preguntaron.
–¿Qué? –fue lo único que logré
decir. Me levanté de un bote de la silla donde estaba sentada y fruncí el ceño
sorprendida. Les miré a ambos, esperando que fuera una broma.
Todavia recuerdo ese momento.
Aunque hayan pasado siete meses casi.
Desde que supe la noticia, los
meses pasaron volando y cuando quise darme cuenta estaba en el aeropuerto
despidiendome de mis amigos, familiares y de mi hermanosa perrita. Tengo ganas
de verla ya. Seguro que se vuelve loca cuando me vea, como hace siempre para
saludarme. Se me echa encima y mueve su rabito todo lo rápido y fuerte que
puede. Sami, es un cruce de bodeguero. Es de tamaño mediano. Blanca y negra.
Motitas en su tripa blanca de color gris. Ocico negro y orejas triangulares.
Cuando las echa para atrás, me recuerda a un elfo. Ojos marrones, cara negra
con una línea blanca en el medio. Cejas marrones y parte de los mofletes
también. Es preciosa.
Aquí, en Alaska, vivimos en un
pueblo (si es que se le puede llamar a ésto pueblo...) en mitad de la nada. Me
han dicho millones de veces el nombre, pero nunca lo recuerdo. Dentro de unos
días llegará el otoño y con él muchas lluvias, días muy cortos, nieve y mucho,
mucho frío. He pasado del calor al frío y el cambio no me gusta para nada. Me
paso muchas horas frente al ordenador, dejando mensajes a mis amigos ya que
aquí hay diez horas menos que en Madrid. A veces, muy pocas, logramos coincidir
y puedo hablar algo con ellos.
También me he estado informando
de cómo es Alaska. Pertenece a Estados Unidos, aunque esta muy mal comunicada.
Tiene carreteras estatales que van por permafrost (hielo que dura todo el año.
Duro. Que es capaz de aguantar mucho peso). Por lo que he leído y me han
contado mis padres y mi hermano, la mayoría de la gente habla español o ingles
(por lo menos podré comunicarme). El ganado es en su mayoría de renos, también
llamados caribues, algo que me negue a comer desde que vivo aquí. Por eso,
ahora casi siempre como frutas y verduras, y muy de vez en cuando algo de
pescado. La carne que como, es la que mis padres a veces logran conseguir de
cerdo, vaca o pollo (no me preguntéis por qué, pero no soy capaz de comer
reno...). Paso de comerme un pobre reno. No parecen muy apetecibles.
Desde que estoy aquí no he
salido más allá de la puerta de casa, así que no sé cómo es Alaska. He mirado
algunas fotos en internet y bueno no es nada del otro mundo. Nada me llama la
atencion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario