Translate

martes, 22 de enero de 2013

ABRIENDO LOS OJOS - primera parte-Ana (cap. 1)

Primera parte -Ana
Capítulo 1


            Mi nombre es Ana y vivo desde agosto, hace exactamente dos meses, en Alaska. Nos hemos mudado aquí por el trabajo de mi padre. Es médico y ahora está enfrascado realizando una investigación que según él, es muy importante (haciendo el suero de la forma más natural posible; con plantas que se encuentren en abundancia y esas cosas. Así podrá conseguir un suero más barato).
Yo no quería mudarme. He dejado a mis amigos en Madrid (España), a miles de kilómetros de donde me encuentro ahora mismo. Y aunque ellos digan que vendrán a verme se que es muy dificil que puedan hacerlo. Echo de menos Madrid, mi casa, mi perrita..
Quiero que pasen ya los diez u once meses que me quedan aquí e irme a casa. Desde que llegamos no he conocido a nadie. Solo puedo hablar con mis padres o mi hermano. He tenido que “dejar” un año la universidad. Solo tengo que ir a los examenes. Me mandan los apuntes y videos de las prácticas (soy estudiante de fisioterapia). Y me gustaría poder estar con mis amigos en clase, aunque sé que es imposible. Las prácticas las haré en un hospital de Alaska. Mis profesores se encargaron de que pudiera vivir esa experiencia al menos. Es lo único bueno de estar aquí. También he tenido que dejar a mi perrita, Sami, en Madrid. Ella vendrá la semana que viene con mi tio. Mi ropa y mis cosas también tienen que esperar para venir aquí... Aquí tenemos lo imprescindible y aun así no hemos logrado colocar todo.

–Tenemos que contaros algo chicos –dijo mi madre acercándose a la habitación de mi hermano donde estabamos ambos con Sami. Cuando nos vio juntos, se sentó en la cama de mi hermano; mi padre hizo lo propio. Y entonces fue cuando nos soltaron la bomba de relojería.
–Nos vamos a Alaska un año –afirmó mi madre. Ni siquiera nos preguntaron.
–¿Qué? –fue lo único que logré decir. Me levanté de un bote de la silla donde estaba sentada y fruncí el ceño sorprendida. Les miré a ambos, esperando que fuera una broma.
Todavia recuerdo ese momento. Aunque hayan pasado siete meses casi.
Desde que supe la noticia, los meses pasaron volando y cuando quise darme cuenta estaba en el aeropuerto despidiendome de mis amigos, familiares y de mi hermanosa perrita. Tengo ganas de verla ya. Seguro que se vuelve loca cuando me vea, como hace siempre para saludarme. Se me echa encima y mueve su rabito todo lo rápido y fuerte que puede. Sami, es un cruce de bodeguero. Es de tamaño mediano. Blanca y negra. Motitas en su tripa blanca de color gris. Ocico negro y orejas triangulares. Cuando las echa para atrás, me recuerda a un elfo. Ojos marrones, cara negra con una línea blanca en el medio. Cejas marrones y parte de los mofletes también. Es preciosa.

Aquí, en Alaska, vivimos en un pueblo (si es que se le puede llamar a ésto pueblo...) en mitad de la nada. Me han dicho millones de veces el nombre, pero nunca lo recuerdo. Dentro de unos días llegará el otoño y con él muchas lluvias, días muy cortos, nieve y mucho, mucho frío. He pasado del calor al frío y el cambio no me gusta para nada. Me paso muchas horas frente al ordenador, dejando mensajes a mis amigos ya que aquí hay diez horas menos que en Madrid. A veces, muy pocas, logramos coincidir y puedo hablar algo con ellos.
También me he estado informando de cómo es Alaska. Pertenece a Estados Unidos, aunque esta muy mal comunicada. Tiene carreteras estatales que van por permafrost (hielo que dura todo el año. Duro. Que es capaz de aguantar mucho peso). Por lo que he leído y me han contado mis padres y mi hermano, la mayoría de la gente habla español o ingles (por lo menos podré comunicarme). El ganado es en su mayoría de renos, también llamados caribues, algo que me negue a comer desde que vivo aquí. Por eso, ahora casi siempre como frutas y verduras, y muy de vez en cuando algo de pescado. La carne que como, es la que mis padres a veces logran conseguir de cerdo, vaca o pollo (no me preguntéis por qué, pero no soy capaz de comer reno...). Paso de comerme un pobre reno. No parecen muy apetecibles.
Desde que estoy aquí no he salido más allá de la puerta de casa, así que no sé cómo es Alaska. He mirado algunas fotos en internet y bueno no es nada del otro mundo. Nada me llama la atencion. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario