Capítulo
36
Luca
Suena
el despertador. Ruedo por la cama y le doy un manotazo. Hoy es mi día
libre y aún así estoy madrugando. Por qué? Para comprar unas
maderas para hacerle una cerca al reno. Tal vez Ana acepte esto como
afrenda a cambio de no volver a ahblar de policía.
-Hola
Luca!- saluda Jose.
-Ciao-
le
saludo.
-Qué
haces tú por aquí? Es tu día libre no?
-Sinceramente,
he venido aquí Jose para ver si me puedes dejar tu coche para ir a
comprar unas maderas para el recinto del reno- le pido. se que no me
va a decir que no, pues a estas alturas le conozco ya lo suficiente
como para saber que haria cualquier cosa por su hija.
-que
buena idea Luca. Seguro que ana estará encantada- dice jose
sintiéndose optimista —. Pero... hoy ella tiene practicas.
-puedo
pasar a recogerla- digo rapidamente. Por un segundo, según contesto
a Jose pasa por mi cabeza la urgencia de llamar la atencion de Ana,
de destacar como hacía en Italia. Sé que no debería hacerlo, pues
estoy aquí solo por mi familia, por un trabajo. Pero ella me atrae
tanto... Es mi perdición.
-entonces
vale, llevatelo.
-perfecto.
Te dejo la moto aparcada donde esta el coche- le digo a jose mientras
saco de mi bolsillo las llaves de mi moto. Se que el conducia una
moto hasta hace unos años, asi que para el no ser aun problema
llevarla. De echo seguro que asi recuerda viejos momentos.
-vale-
dice jose mientras saca las llaves de su bata.
En sus ojos veo un atisvo de felicidad.
-Grazie
-
le
digo despues de intercambiar las llaves.
-te
veo por casa entonces.
-si,
pero antes.. dime a que hora tengo que ir a por tu hija- le pido a
jose. Este mira su reloj, supongo que para calcular la hora.
-en
tres horas y media- me dice. Asiento. Vuelvo a darle las gracias y me
voy a coger el coche, el todoterreno. Me subo y me voy a la unica
tienda que conozco que vende madera, en el centro de Fairbanks.
Compro tablones de madera, todos los que hay. Luego tengo que pensar
como hare la cerca.
Llego
a casa de ana y con la tonteria ya ha pasado una hora. Tengo una hora
y media para empezar la cerca. Despues tengo que ir a por ella.
-Ciao
-
digo
entrando por la puerta principal de casa de ana.
-hola
luca!- contesta ana maria.
-voy
a estar fuera trabajando en una cerca para el reno- anuncio sin
querer estar mucho tiempo en la casa metido.
-estupendo.
Necesitas ayuda?- me pregunta. Niego con la cabeza.
-no
te preocupes. Tengo todo controlado.
Sami
aparece de la nada, moviendo su rabo de un lado a otro. Su cuerpo se
mueve al son de éste. Se lanza contra mi y apoya sus patas en mi
abdomen. El golpe me molesta a pesar de saber de antemano lo que
haría Sami.
-hola
guapa- digo acariciando la cabeza de sami. Me lame la mano.
-bueno
Luca, te dejo que tengo cosas que hacer por la casa- me dice la madre
de Ana. Asiento -puedes salir con sami si quieres. No se escapa- me
dice.
-Chiaramente-
digo
mirando a sami. Ella tambien me mira. Sale conmigo fuera. Descargo
las tablas y calculo como hacer el recinto. Primero hago agujeros en
el suelo para clavar las maderas, mientras Sami lo único que hace es
estorbar en todo el medio sentada. Hago un circulo. Despues corto la
madera con una sierra (pues la radial que es lo que queria usar,
necesita enchufe). Tardo quince minutos en cortar cada tablon por la
mitad. Solo corto ocho trozos de madera que uno clavando tres
tablones en los agujeros echos y cuatro tablones para unir cada
tablón clavado en el suelo. De tal forma, hay un tablon vertical,
unido a otro vertical por dos tablones horizontales. No me da tiempo
a más, y tengo que salir corriendo a buscar a ana al hospital. Si
llego tarde me matará.
Ana
Salgo
del hospital como siempre, perdida en mis pensamientos. Veo que el
coche de papá ya está. Aprieto el paso y me subo al coche.
-hola
papá- digo sin apenas mirarle.
-Sono
Luca —oigo
como dice Luca con voz divertida.
-que?-
digo girándome -que haces tu aqui? Ha pasado algo? Papa esta bien?-
pregunto nerviosa.
-Tutto
bene.
Todo bien- contesta
Luca.
Arranca,
llevándome a casa. No hablamos en todo el trayecto, solo nos
lanzamos miradas fugaces. No es que me sienta incómoda, pero... es
raro que me venga a buscar en el coche de mi padre, y menos no
habiendo pasado nada. Pienso en cómo iniciar la conversación, pero
cuando abro la boca, no sé qué demonios decirle. Así que la cierro
y espero a llegar a casa.
Cuando
llegamos a casa y veo que hay maderas por el suelo, me quedo
mirándolas. No sé lo que son. Miro las que están clavadas al
suelo.
-lo
has echo tú?- pregunto. No me parece una pregunta descabellada.
-Si-
contesta.
Le miro fijamente mientras frena y pone el freno de mano al coche.
Enarco una ceja. Hoy estoy espesa y no entiendo para qué es.
-estoy
haciendo un recinto para el reno- me dice Luca. Una sonrisa aparece
sin que pueda remediarlo en mi cara.
-enserio?-
pregunto ilusionada. —. Te ayudo.
Niega
con la cabeza. Pero después de que le mire con ojos suplicantes,
termina cediendo.
Comemos
en casa con mi madre y mi padre y después ambos salimos fuera y
seguimos con la cerca del reno. Yo me dedico a hacer lo que Luca me
pide. No hago mucho, pues en lo que yo parto una madera, Luca ha
partido dos. Es más rápido y fuerte que yo. Soy una enclenque
comparada con él. Sus brazos son dos o tres vece más potentes que
los míos. Me enseña a cortar más rápido la madera, me enseña a
clavar bien los clavos en las maderas (sí, no os queráis imaginar
cómo los clavaba antes de que Luca me enseñara. Todos torcidos). Me
siento bien trabajando a su lado. Hablamos de cosas vanales y sin
importancia mientras trabajamos codo con codo. A veces le pillo
mirándome de reojo. En cuanto ve que tengo alguna dificultad, se
acerca a mí y me ayuda. La verdad es que estamos de foto... Y no me
equivoco al decirlo, pues cuando entro en casa y subo a mi cuarto,
por la noche, después de que todos hayan vuelto ya a casa, encima de
mi cama hay una foto en la que salimos Luca y yo trabajando juntos
con la cerca del reno, que porcierto, ha hemos terminado. Sonrío a
la foto y la pongo en el corcho con una chincheta.
VACACIONES! CAMBIARÉ LOS FALLOS AL VOLVER
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