Translate

lunes, 5 de agosto de 2013

Tercera parte ABRIENDO LOS OJOS - Luca y Ana cap. 33

TERCERA PARTE - ANA Y LUCA


Capítulo 33


Ana
     Parece mentira que esté tan nerviosa por esto. Me miro las manos, en ellas ya no quedan restos de sangre. Suspiro. El camino hacia la primera planta es... Cómo decirlo... Interminable. Miro a Luca, que está a mi lado. Éste me sonríe de manera chula y yo le propino un codazo en las costillas. Se encoje de dolor, pero mantiene su sonrisa. Si no supiera lo que es capaz de hacer por mí, diría que es un idiota realmente creído.
Bajamos las escaleras. Luca no se separa de mí. No sé si es bueno o malo. Todo lo que pasa por mi cabeza en estos momentos creo que no está muy bien. Mezclo todo. Lo único que recuerdo nítidamente, es aquel beso... Tan... Ardiente... Con ese beso lo tenía todo y nada, era mi vía de escape. Suspiro al recordarlo.
-¿Cómo está?- es lo primero que pregunto cuando me acerco a mi padre.
Mi padre asiente. Es decir, esta bien.
-Ha superado la operación, eso es algo bueno- contesta mi padre.
-y su pata?- pregunto. Estoy nerviosa por la contestación.
-bueno su pata.. la tenia bastante mal por el cepo. Pero es posible que no se la tengamos que amputar. Depende de si se le necrosa o no- contesta mi padre. Asiento. Amputar la pata al reno... Me da náuseas. Tapo mi boca con la mano y cierro los ojos, pensando en que todo saldrá bien.
-cuando sabremos que esta mejor?- le pregunto. Ya nos estamos dirigiendo hacia su despacho, la biblioteca, donde ha organizado en unos minutos una sala de operaciones.
-dale una semana como mucho- contesta mi padre. Antes de entrar a ver al reno, abrazo a mi padre.
-gracias papa- le digo con lagrimas en los ojos.
-tu también haces muchas cosas por mi- dice y me estrecha fuertemente. Nos separamos y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa como puedo. Después de ésto, tampoco puedo odiarle a él.
-entramos?- me pregunta. Sabe que tengo miedo de lo que encontrare a pesar de que ya me ha dicho que todo esta bien.
-si- digo. Cojo de la mano a mi padre y entramos.
La biblioteca esta completamente cambiada. El suelo esta tapizado por sabanas blancas. La mesa, ya no esta. En vez de esta, hay una camilla de operaciones de metal. Encima de la camilla esta el reno. Esta muy quieto. Tiene la pata herida, la derecha, vendada. Tiene dos tubos que le salen del cuello. En uno hay sangre y en otro un liquido transparente, seguro que es suero. Subo la mirada y veo que los tubos desembocan en una bolsa. El amigo de mi padre que le ha ayudado sigue al lado del reno. Ahora mismo le esta acariciando.
-suero con iones- susurro. Lo reconozco. Papá me ha explicado muchas veces esas cosas.
-si- dice mi padre. Se acerca conmigo al reno.
-esta sedado todavía  dice el amigo de mi padre. Me quedo mirando al reno, su pecho sube y baja lentamente.
-gracias- le digo. Me contesta con una sonrisa.
-hemos tenido que ponerle un clavo, tenia la pata rota- me dice mi padre. Asiento.
-parece que esta estable, mira sus constantes- dice el compañero de mi padre. No me había fijado en que también había un aparato tras el compañero de mi padre. Concretamente un monitor de anestesia. Miro y me doy cuenta de los tres electrodos que tiene el reno en su tórax.  Mis amigos se acercan para ver al reno. Mi hermano y Luca también.
-es un monitor de anestesia- me dice el amigo de mi padre. Asiento. Lo se.
-Ana te acuerdas de lo que mide?- pregunta mi padre. Si lo recuerdo si. Asiento.
-la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y el nivel de profundización de la anestesia- digo. Lo recuerdo todo de las clases que mi padre me ha dado.
-eres buena- dice el amigo de mi padre. Le sonrío  aunque no consigo que la sonrisa llegue a mis ojos.
-si ves la frecuencia cardíaca  esta estable- dice mi padre. Lo miro confundida -es estable para el corazón del reno, su frecuencia no es la misma que la nuestra. Lo hemos tenido que mirar -vuelvo a asentir. Luca se pone detrás de mi. Lo se porque noto su respiración en mi nuca y esa electricidad que va de mi cuerpo al suyo y viceversa. Y su olor... Oh! Dios, su olor a bosque encantado...
-cuando despertara?- pregunta Luca. esta a unos centimetros de mi cuerpo. Le siento y me estremezco.
-hace media hora que hemos terminado. Por lo que creo que en otra media hora o asi despertara. De todas formas vamos a tenerle con analgésicos y anestésicos hasta que este mejor. Seguro que estará muy asustado y no queremos que se haga ningún daño intentando huir- dice el amigo de mi padre. Tiene razón  Rozo el dorso de mi mano por el lomo del reno. No es tan suave como esperaba. Es mas bien áspero  Aun así  su tacto me gusta. Me pongo nerviosa, aunque parece que nadie parece darse cuenta.


Luca
     Todo ha cambiado, lo sé ahora que miro a Ana. Ya no hay más Luca, no como era antes del ataque. Observo a Ana. Sé que la pasa algo. Esta temblando, aunque parece que nadie se esta dando cuenta. Dudo. No se que hacer. Suspiro. Lo mejor a estas alturas de la película es dejarse llevar. Mis brazos se mueven libremente y van hacia su cintura. Paso mis manos por su cintura y las dejo reposar, intentando que eso sirva para tranquilizarla. Ana se queda quieta. Empieza a respirar mas lentamente.
El reno tiene mucha mejor pinta de la que esperaba despues de todo. Y Ana es su heroina. Noto como mueve uno de sus brazos y lo dirige hacia el mio. Su mano roza la mia. La posa encima de esta y la aprieta. Parece mentira lo que nos ha cambiado salvar al reno. Hace unas horas me odiaba. Ahora por lo menos no intenta hacerme quedar mal. Es un avance. ¿Y yo? Hace unas horas, mi mente me decía que me alejara mientras en su cara veía a Chiara y ahora, sé que cuando estoy con ella todo es mejor, he separado ambas caras y sé que si ahora la miro a ella es porque es Ana, no porque veo a Chiara, lo cual no es bueno. Y no podemos olvidar que la pondría en peligro si algo entre ambos pasase. Y... ¿Lo peor de todo? Nos hemos besado y me ha echo sentir cosas, que jamás había sentido antes. Han sido besos tan cargados de miedo, odio, deseo y muchos más sentimientos. Los besos que he dado y recibido, jamás llevaban emociones con ellos, eran simplemente, eso, besos. Con Ana eran amociones disfrazadas de besos.
-Meglio? ¿estas mejor?- la pregunto contra su pelo en un susurro. Su cálido cuerpo me hace ir a otra parte, otra donde no hay mafia, no hay trabajo... Solo ella. Es la primera vez que me pasa esto. Ella se va a convertir en mi perdición si no es que lo es ya.
-si- me susurra con os rasposa mirando hacia el reno. Parece que le cuesta articular las palabras. No se que se le estará pasando por la cabeza ahora mismo. Dios Luca! Te has vuelto una niña plagada de pensamientos y sentimientos, deberías contenerte un poco.
-Cosa pensi? ¿En qué piensas?- la pregunto.
-en nada y en todo- contesta.
-quieres que salgamos de aquí? Tengo un plan.
-esta bien- contesta, su voz baja, sin ánimos. Rota sobre sí misma y nos quedamos cara a cara a unos pocos centímetros su rostro del mío. Noto su aliento en mi cara. Me embriaga. Está buenísima, todo hay que decirlo. La besaría y la haría cualquier cosa ahora mismo. Repetiría esos besos de hace unas horas. Pero ahora no puedo. No esta bien. La sonrio y separo mis manos de su cintura. Veo en sus ojos decepción. Eso también es nuevo...
Salimos del cuarto y subimos a su cuarto. Al rato sus amigos están con nosotros.
-que es lo que habías pensado?- me pregunta con ojos entre tristes y curiosos a la vez. La miro, escaneándola de arriba abajo.
-mañana podríamos ir a buscar más trampas por la tarde, cuando estemos todos- digo hablando más con Ana que con los demás. Sus ojos brillan. Creo que la gusta el plan. Me mira, como esperando que siga hablando –. Tenemos que buscar palos grandes para no tropezarnos con las trampas y para hacerlas saltar. Después las quitaremos, las destrozaremos para que nadie las pueda volver a usar y las tiraremos.
Ana me sonrie y acaricia el brazo. La devuelvo la sonrisa. En mi casa, jamás se me habría ocurrido proponer tal plan, pero aquí, todo cambia. Ahora, soy todo un calzonazos. Todos asienten.
-vale pues planeemos todo no?- propone Ángel. El chico me cae bien. Aunque parece que va un poco a lo loco haciendo las cosas. Casi sin pensarlas. Yo tengo que pensar y razonar cada paso que doy, es lo que me han enseñado, es lo que hago, o bueno, hacía antes en casa.
-en cuanto lleguemos mañana a casa nos vamos. Podríamos comer bocadillos por el camino- sugiere Ainhoa.
-me parece bien- contesta Ana. La miro. Tiene la mirada perdida y los ojos algo cansados. Deslizo mi mano con disimulo sobre la suya, que esta en su regazo y se la aprieto. Ella sonríe  Es la sonrisa mas falsa que he visto en mi vida.
* * *
En algún momento dado, Ana y yo nos quedamos solos mientras los demás bajan a por algo de comer.
-Bene? pregunto. Ultimamente repito muchas veces esta pregunta.
-si- contesta Ana intentando sonreír, le sale una gran mueca.
-Buen intento. Si, si, te creo- digo irónicamente frunciendo el ceño.
Resopla, pero no dice nada más. No está bien, no. no sé qué coño tengo que hacer. Nunca me he visto en una situación así. Cierro mis ojos y pienso en lo que haría Chiara, o cualquier persona en un momento así. Haré lo que mi cuerpo me pida. Y mi cuerpo me pide que me acerque a ella y la abrace sin más. Eso es suficiente para que empiece a llorar otra vez, mientras me abraza fuertemente. Oigo las pisadas de sus amigos y su hermano a escasos metros de la puerta. La abren y cuando nos ven abrazados, Ainhoa habla en un susurro.
-os dejo aquí la cena- dice ésta dejando unos platos en la mesa de Ana. Acto seguido vuelve por donde ha venido y cierra la puerta con cuidado. Ana ni se inmuta. Oigo sus pasos y escucho como abren la puerta de la habitación de Miguel.
-es todo tan extraño- me dice entre sollozos.
-shhh, llora lo que necesites- digo. Mi voz suave. Me sorprendo acariciando su nuca con una mano mientras que con la otra la abrazo fuertemente por la espalda.
Nunca he sido tan... tan... como decirlo? Sensible... nunca una chica me ha echo sentir así de impotente, sin saber que hacer. Solo Chiara, ella es, o era, la única. Lo unico de lo que estoy seguro en todo esto es que odio que la hagan llorar. Y que me encantaría tenerla entre mis brazos siempre... pero que? Que estoy diciendo? Tengo que quitarme esa estúpida idea de la cabeza antes de que joda todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario