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lunes, 19 de agosto de 2013

la vida nos volverá a juntar, tlp cap. 21 LIAM

Capítulo 31
Liam


Nos levantamos pronto para ir a hacer la compra. Fuimos todos en la furgoneta. No solíamos ir todos. Normalmente iban tres y los demás nos quedábamos por la playa. Pero no sé por qué, ese día éramos como una piña. Tal vez fuera por Marcos, Roberto y Álex.
Compramos todo lo que nos faltaba para los últimos días en la playa (que no eran pocos). Volvimos al apartamento con el maletero lleno de comida y cuatro o cinco bolsas repartidas por el coche. Aparcamos el coche en la puerta del apartamento e hicimos una fila para irnos pasando las bolsas hasta meterlas en casa. Yo las sacaba del maletero y se las pasaba a Pablo, que se las pasaba a Noel que a su vez se las pasaba a Miguel, que se las pasaba a Carlos y éste se las pasaba por último a Ángel, quien las dejaba en la entrada de la cocina.
-Se nos da bien montar cadenas- dijo Ángel cuando terminamos. La verdad era que habíamos montado la cadena porque así nos cansaríamos menos e iríamos más deprisa aunque si lo pienso ahora... No sé si realmente ganamos tiempo. No intentamos bajar a la playa después de eso, simplemente nos tiramos en el sofá. Aunque debería decir mejor entre los sofás y los colchones, pues cogieron de mi habitación mi colchón y allí se tumbaron Noel y Ángel a ver la televisión. No hablamos mucho, algo raro en nosotros, o más bien en Ángel y Carlos, que siempre andaban contándonos batallitas.
Comimos tarde y casi sin apetito.
Por la tarde, cerca de las ocho, Sara llamó para ver si queríamos cenar con ellas. Nos pasamos por su apartamento y allí estaban los tres mosqueteros... Mi piel ardió de furia, pero intenté mostrarme indiferente. Estuve toda la noche observando cada movimiento de Ada, percatándome de cuando Marcos se acercaba a ella y cual era su reacción. Odiaba estar celoso de un tio! Pero lo estaba... por una chica... lo cual me prometí en su momento que no volvería a pasar... pero creo que en ese momento ya era demasiado tarde.
Cenamos en un bar y todo pareció ir bien, después algunos se fueron por ahí a tomar algo, yo fui de los que se volvió a casa.
Me metí en la cama nada más llegar al apartamento. Tenía ganas de quedarme dormido y dejar de pensar en Ada y Marcos, pues el pensar en ellos, me carcomía.
Un mensaje de texto me despertó. Era de Ada.

Ada: en media hora donde siempre.

Releí el mensaje un par de veces, por no decir diez, para cerciorarme de que estaba leyendo bien. Después, salte de la cama y salí de mi cuarto buscando a alguno de mis amigos por la casa.
-Ángel me puedes leer este mensaje?- pregunté a angel que estaba en el sofá viendo la televisión.
-claro- contestó alzando la mano, sin dejar de mirar la televisión, para que le diera mi movil.
-en media hora donde siempre- leyó con voz monótona. Después me devolvió el movil sin ni siquiera mirarme. Algo raro en él, pues había esperado que me preguntara que era lo que iba a pasar o algo por el estilo. Asi que no estaba soñando, verdaderamente ponía eso en el mensaje. Sonreí para mis adentros y me encaminé a mi habitación, pero el chillido de angel me hizo volver sobre mis talones y mirarlo, esperando que me dijera que coño le habia pasado para pegar semejante grito.
-has quedado con ada?- dijo abriendo los ojos de par en par.
-en serio?- fueron las unicas palabras que logre articular.
-tiiooo!!!!!- fue lo unico que me dijo angel. Le mire frunciendo el ceño.
-dejalo- le pedí negando con la cabeza. Ya decía yo que me resultaba raro que no dijera nada...
-no Liam no. Has quedado con Ada. Que crees que pasara?- me preguntó. Me le quedé mirando, esperando que siguiera con una montaña de preguntas. Pero eso no llegó a suceder nunca; en cambio, tuve que contestar.
-pues no lo se- contesté.
-no seas tan cerrado abrete a mi- me pidio angel. Negue con la cabeza, mientras ponía los ojos en blanco, después enarqué una ceja y me di media vuelta, dispuesto a irme.
-liam! Dime algo! No me dejes asi!- dijo angel mientras yo me alejaba de el.
-ya te contare- fue toda respuesta que pude darle.
Me cambié corriendo y fue hacia la playa, donde habia quedado con Ada, ese era nuestro lugar.
No sabía que esperar de aquella conversación. Un “hasta luego”, un “solo amigos”, un “más que amigos”. No sabía tampoco cómo reaccionaría yo ante sus comentarios. Ni tampoco como esperaba que actuara ella cuando contestara a lo que me dijera. Esta nervioso. Muy nervioso. Aún lo recuerdo... no sabía si salir corriendo a la playa o ir despacio. Si hacerla de rogar o casi rogar yo por ella. Las manos en los bolsillos o fuera? Brazos cruzados o dejados caer... Estaba rígido, pasos casi ortopédicos. Me sentí idiota. Caminé lentamente y cuando llegué, ella no estaba. Suspiré. Tal vez ella simplemente no iba a venir al final. Se había arrepentido. Miré fijamente al mar durante no sé exactamente cuanto, segundos, o quizá minutos. Hasta que escuché el sonido de las pisadas de alguien sobre la fria arena. Me giré y allí estaba ella. Me la quedé mirando.
-bueno aquí estamos- dijo Ada cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí –creo que deberiamos hablar.
-si, eso llevo intentando yo desde hace cuatro días- dije simplemente. Tenía que decírselo. Me había estado evitando, evitando esta conversación desde el beso. – pero nunca has tenido tiempo para mí – dije esto ultimo para hacerla sentir mal, porque de verdad había sentido que no tenia tiempo para mi.
-la verdad es que he estado evitándote porque... porque...- dijo Ada sin saber o sin querer terminar la frase.
-por que me gustas?- termine por ella. O no era eso lo que me queria decir. No sabia. Estaba que no estaba en mi. –acaso es tan malo?
-No, no es por eso, tu tambien me gustas – me dijo Ada. Me la quedé mirando, intentando interpretar lo que acababa de decir. La cogí de la mano y la llevé más cerca de la orilla, las olas casi lamiéndonos los pies. Y hablé, lo dije, lo que tanto tenía miedo de decir en voz alta.
-nunca he sentido esto por nadie- dije agarrando estrechamente sus manos entre las mias.
-yo tampoco- contesto para mi sorpresa Ada.
-puedo contar mi punto de vista?- me preguntó Ada mirándome a los ojos.
-claro- contesté. Esperé impaciente a que hablara y me contara todo lo que pensaba. Queria saberlo. Estaba deseoso de saberlo, de echo.
- no creo que diga todo lo que quiero decir y estoy segura de que me arrepentiré nada más decirte algunas cosas por mi sinceridad, pero no puedo ser de otra forma desde el año pasado que te vi pues la verdad he pasado tiempo pensando en ti, en cómo eres, donde vives.. –paró para coger una bocanada de aire y siguió– y cuando nos volvimos a encontrar me hizo sentirme feliz y estos días que hemos pasado juntos creo que sin exagerar, son los mejores que he pasado nunca pero me puse a pensar y me entró el miedo porque parece que te conozco pero en realidad no sé cómo eres, tu helado favorito, dónde vives, si tienes hermanos, qué estudias, si trabajas.. si me quieres conocer más, lo que soy para ti.. –dijo Ada. Me quedé sin saber qué decir. Demasiada información.
Aunque te parezca mentira lo que te digo, realmente me siento como un pez fuera del agua, pensando que sé todo sobre ti, pero no sabiendo realmente nada sobre ti, como las cosas más fáciles e ínfimas como las que te he dicho- me dijo dando por terminado su discurso.
Me quedé pensando. ¿qué era lo que ella significaba para mí? ¿qué quería con ella? La quería conmigo, eso estaba claro. la.. ¿necesitaba? Muy seguramente.
Strachiatella, Madrid, dos, tecnico de sonido, me encantaría que nos conociéramos más- contesté a sus preguntas una a una, intentando no saltarme nada. Ella no contestó y por un segundo pensé que la había cagado. Para estos casos, lo mejor es andar así que lo propuse.
-vale-contesto ella en voz baja.
Nos pusimos a elllo. Anduvimos por la playa, sin hablar, sin mirarnos. Mi cerebro me impulsó a tirar de mi mano hacia la suya. No supe hasta que lo hice, que mi piel anhelaba poder tocar la suya... suspiré para mis adentros y cerré mis ojos. Ella apretó mi mano, lo que hizo que me sintiera mejor.
Sentí a Ada temblar.
-tienes frio? o...- dije sin terminar la frase.
-no, tranquilo- dijo Ada con una voz que no sonó muy concencida para mi, así que dejé de andar y tiré de ella hacia mi para que me mirara. La deseaba tanto... ella era tan... todo su cuerpo llamaba mi atencion. No podia quitar mi mirada de ella.
-eh! Mírame- la pedi, deslizando mis dedos hacia su menton para que levantara la vista hacia mi. Pero sus ojos no fueron lo que esperaba encontrar. Ella estaba... se la notaba... tensa. Como si no quisiera estar en ese momento conmigo.
-no me mires así Ada, por favor- pedi.

-lo.. lo siento- dijo Ada tartamudeando -no sé como te estoy mirando. Solo se que... que...
-que que?- pregunté para ayudarla mirandola a los ojos, sin despegar mis ojos de los suyos ni un segundo.
-estoy nerviosa- aceptó ada. Por un instante, tuve el deseo de abrazarla, besarla, para intentar tranquilizarla pero...
-no te preocupes, tienes todo el tiempo el mundo- es lo que dije. Sin besarla, sin abrazarla... Pero ella me abrazó después. Y lo que sentí fue euforia. Un calor pasó a través de mí. La estreché más cerca de mí, respiré su cálido aroma a crema solar, mar y arena... no quería dejarla ir, así que coloqué su pelo y la miré. Quería recordar siempre aquella cara. La sonreí y terminé besándola la frente y dejando que el calor de su cuerpo se alejara del mío.

-mira ese gato negro y blanco en la orilla, se está comiendo un pez- susurré a Ada mientras extendñia mi dedo índice para indicarla donde estaba. Ella se quedó mirando aquel gato blanco y negro, hasta que una ola se lo llevó mar a dentro.
-el gato!- gritó Ada. Salió corriendo hacia donde habia desaparecido el gato, y yo detrás de ella.
Se metio en el agua de lleno y yo fue tras ella tambien. No es que tuviera un interés importante en el gato, pero sin en Ada y en ayudarla. El gato posiblemente podría salir solo a la playa. Metí mis manos bajo el agua, palpando el mar, intentando encontrar al gato.
-¡aquí está!- gritamos a la vez. Sacamos al gato ambos. Con nuestras manos unidas, sujetandole.
-lo coges tú?- pregunte a Ada, pues sabia que queria. Para ella habia sido muy importante salvar al gato y la verdad que para mi tambien lo fue. Fue algo que hicimos juntos, solos. Algo nuestro. Me senti bien conmigo mismo.
-vale- me contestó ella aferrandose al gato que no dejaba de maullar.
Al salir del agua, cubrimos al gato con algunas ropas y Ada se puso la camisa que la ofrecí. Llamé a Ángel para que nos viniera a buscar y mientras intentamos entrar en calor nosotros y al gato. No tardó mucho en llegar. Se lo agradecí con la mirada. Dentro del coche, hacía mucho, mucho calor por la calefaccion que habia puesto. Ángel nos dejó en la puerta del apartamento, donde nos llenaron de toallas secas y calientes las amigas de Ada. El gato tambien recivio las suyas, no os vayais a pensar que no...
-¡se va a morir!- lloró Ada viendo como el gato tiritaba con ojos cerrados. o mejoraba. Me sentí impotente. Sin saber qué decirla... así que hice lo que pensaba que era mejor.
-¡eh! Todo va a salir bien- dije bajito mientras ponía mis manos sobre las suyas, intentando calmarla. Y no me separé de ella en toda la noche. La necesitaba cerca. Quería cuidarla. Estar para ella cuando me necesitaba.

PERDÓN X LAS FALTAS. CORREGIRÉ TODO CUANDO VUELVA DE VACACIONES!!




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