Capítulo
25
-Ahora-
Vuelvo
al pasado. Era por la noche. Estábamos sentados en la mesa,
esperando que nos sirvieran la cena.
-Padre
tengo algo que decirte- dijo Chiara.
-Hija
mía, yo estaba esperando para el postre para decirte una buena
noticia- dijo Padre con esa voz tan tosca y grave, propia de él.
-Podemos
dejar la conversación para después- sujirió Chiara un poco
nerviosa. Miré sus manos, las estaba retorciendo bajo la mesa.
Deslicé mi mano hacia las suyas y las apreté. Ella me dio un
vistazo fugaz y volvio su cabeza hacia Padre.
-No,
ahora está bien. Las buenas noticias se pueden decir en cualquier
momento- dijo Padre. Miré a Chiara esperando que se lanzara y le
contara a Padre todo. Pero ella no decía nada, simplemente miraba a
Padre.
-empieza
tú Chiara, hija mía- dijo Padre
-No
Padre. Tú primero- dijo Chiara con un asentimiento de cabeza. Lo
hizo por educación, Padre siempre es el primero en hablar.
-perfecto-
dijo Padre juntando ambas manos -quiero anunciaros a todos, que hace
unos días lleve a cabo un trato para casar a Chiara con Cesare
Salvatore, el hijo de Daniel Salvatore, el clan que está pisándonos
los talones. Es el mejor trato que hemos echo en años- dijo Padre
juviloso con un brillo en sus ojos.
-¡Padre
no!- gritó Chiara dando un brinco de la mesa. Ahora esta de pie, con
sus manos sujetando la mesa. Los dedos blancos de rabia.
-Chiara
es una gran oportunidad para el clan. Y para ti. Él es un hombre
importante- dijo Padre.
-No
Padre. Es una gran oportunidad para ti. No estás pensando en mi
felicidad, solo en tu maldito clan- gritó mi hermana, rabiosa. Sus
ojos anegados en lágrimas.
-no
me levantes la voz hija, te aviso. La decisión está tomada- dijo
Padre con desdén levantando la voz. Lo supe desde que lo dijo. El
nunca se retracta.
-Padre,
yo ya tengo un hombre con quien quiero casarme; y no es Cesare- dijo
mi hermana con voz decidida y grave.
-Quien-
dijo Padre levántandose tambien de le mesa y mirando fijamente a mi
hermana con el ceño fruncido.
-Un
hombre de otro clan con quien tambien podrias formar una alianza-
dijo Chiara intentando vender a Giovanni para que Padre aceptara.
-Quien-
volvió a repetir Padre- nombre y apellido.
-Se
llama Giovanni, Giovanni Di Luca- dijo Chiara con la voz más seca y
potente que tiene.
-el?
Ese? Ese mero soldado?
–Sí,
él –contestó Chiara con voz dura.
–NO.
definitivamente NO Chiara. No puedes rebajarte a ese nivel.
-Padre,
ya lo he echo. Con él es con quien quiero estar.
–No
sé cómo siquiera se te ha pasado por la cabeza hija. Todo el mundo
sabe que está donde está porque toda su familia lo ha estado por
generaciones, no porque él quiera.
–Por
eso mismo le quiero a él –gritó Chiara. Nada más terminar la
frase, Padre rojo, con sus manos echas puños y la mandíbula
apretada, pegó una bofetada a Chiara.
-está
decidido Chiara, te casarás con Cesare. Solo falta concretar el día
de la boda. Olvida a Giovanni. No vuelvas a acercarte a el.
Chiara
no dijo nada, con su boca abierta y su mejilla colorada, levantó la
cabeza bien alta como nos han enseñado, enmascaró sus sentimientos
y se marchó de la mesa, hacia la puerta de entrada. Cerró de un
portazo. Miré a Padre.
-has
sido muy duro- dije defendiendo a Chirara.
-No
estaras tu de acuerdo en que se case con ese don nadie, teniendo a
Cesare como candidato verdad?- me acusó Padre. Pensé en Cesare.
Típico chulo y creido, hijo del boss. Tratará a Chiara como a un
trapo. La engañará y la dejará tirada. Él es mucho peor que yo.
Pero Padre no lo entiendió. Lo único que vio es el juego que le
dará tener otro clan aliado. Antepuso el crecimiento del clan a la
felicidad de su hija, pero eso no es nada nuevo, al menos para mí.
-todos
sabemos que Cesare no la cuidará bien padre- defendí.
-lo
hará- dijo Padre dando por finalizada la conversación.
Me
levante de la mesa y sali por la puerta de la entrada para buscar a
Chiara. Alessandro salio detrás de mí.
-Luca!
A donde vas?- dijo alessandro detrás de mí.
-a
buscar a Chiara a donde si no?
-dejala.
Ya volvera.
-No
Ales, no. Puede hacer cualquier locura. Quiere a Giovanni y odia a
Cesare. No hay manera de que ellos dos se casen- dije intentando
hacer entender a Alessandro.
-Luca
no te entrometas. Deja que Padre haga lo que quiera. Deja de
inmiscuirte. Deja a Chiara.
-dejalo
Ales, no sabes nada- conteste ya de mala gana. Alessandro me cogio el
brazo y me hizo darme la vuelta.
-que
es exactamente lo que no se, eh hermanito?- pregunto Alessandro con
voz dura, enarcando una ceja. Era el diablo en ese momento.
-quiere
estar con el, no con Cesare. Eso es lo que tienes que saber. Deberias
defenderla es nuestra hermana.
-y
el nuestro padre Luca. A ver si te entra de una puta vez en la cabeza
que Padre esta por encima de todo.
-eso
ya lo veremos- dije en un susurro. Alessandro ni siquiera me oyo.
–Lo
sabías, desde el principio. La locura que iba a cometer Chiara esta
noche y no me has dicho nada? –preguntó de repente Alessandro sin
venir a cuento. Me giré para encararle.
–No
es asunto tuyo Alessandro –espeté. En otro momento, le habría
llamado Aless, pero en ese momento, la ira hervía dentro de mí y él
ya no era Aless, era Alessandro.
–Lo
es, también es mi hermana –contraatacó Alessandro.
–La
habrías delatado –es lo único que contesté.
Alessandro
se dio la vuelta y entró en casa. Ni siquiera intentó revatírmelo
porque sabía que tenía razón. Ahí, en ese mismo instante,
Alessandro y yo perdimos toda la confianza que durante tanto tiempo
habíamos ido creando.
Padre
nos enseñó que lo primero es la familia y era lo que estaba
haciendo; seguir su consejo y sus reglas.
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