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lunes, 17 de junio de 2013

ABRIENDO LOS OJOS - Luca cap. 25


Capítulo 25




-Ahora-




     Vuelvo al pasado. Era por la noche. Estábamos sentados en la mesa, esperando que nos sirvieran la cena.
-Padre tengo algo que decirte- dijo Chiara.
-Hija mía, yo estaba esperando para el postre para decirte una buena noticia- dijo Padre con esa voz tan tosca y grave, propia de él.
-Podemos dejar la conversación para después- sujirió Chiara un poco nerviosa. Miré sus manos, las estaba retorciendo bajo la mesa. Deslicé mi mano hacia las suyas y las apreté. Ella me dio un vistazo fugaz y volvio su cabeza hacia Padre.
-No, ahora está bien. Las buenas noticias se pueden decir en cualquier momento- dijo Padre. Miré a Chiara esperando que se lanzara y le contara a Padre todo. Pero ella no decía nada, simplemente miraba a Padre.
-empieza tú Chiara, hija mía- dijo Padre
-No Padre. Tú primero- dijo Chiara con un asentimiento de cabeza. Lo hizo por educación, Padre siempre es el primero en hablar.
-perfecto- dijo Padre juntando ambas manos -quiero anunciaros a todos, que hace unos días lleve a cabo un trato para casar a Chiara con Cesare Salvatore, el hijo de Daniel Salvatore, el clan que está pisándonos los talones. Es el mejor trato que hemos echo en años- dijo Padre juviloso con un brillo en sus ojos.
-¡Padre no!- gritó Chiara dando un brinco de la mesa. Ahora esta de pie, con sus manos sujetando la mesa. Los dedos blancos de rabia.
-Chiara es una gran oportunidad para el clan. Y para ti. Él es un hombre importante- dijo Padre.
-No Padre. Es una gran oportunidad para ti. No estás pensando en mi felicidad, solo en tu maldito clan- gritó mi hermana, rabiosa. Sus ojos anegados en lágrimas.
-no me levantes la voz hija, te aviso. La decisión está tomada- dijo Padre con desdén levantando la voz. Lo supe desde que lo dijo. El nunca se retracta.
-Padre, yo ya tengo un hombre con quien quiero casarme; y no es Cesare- dijo mi hermana con voz decidida y grave.
-Quien- dijo Padre levántandose tambien de le mesa y mirando fijamente a mi hermana con el ceño fruncido.
-Un hombre de otro clan con quien tambien podrias formar una alianza- dijo Chiara intentando vender a Giovanni para que Padre aceptara.
-Quien- volvió a repetir Padre- nombre y apellido.
-Se llama Giovanni, Giovanni Di Luca- dijo Chiara con la voz más seca y potente que tiene.
-el? Ese? Ese mero soldado?
–Sí, él –contestó Chiara con voz dura.
–NO. definitivamente NO Chiara. No puedes rebajarte a ese nivel.
-Padre, ya lo he echo. Con él es con quien quiero estar.
–No sé cómo siquiera se te ha pasado por la cabeza hija. Todo el mundo sabe que está donde está porque toda su familia lo ha estado por generaciones, no porque él quiera.
–Por eso mismo le quiero a él –gritó Chiara. Nada más terminar la frase, Padre rojo, con sus manos echas puños y la mandíbula apretada, pegó una bofetada a Chiara.
-está decidido Chiara, te casarás con Cesare. Solo falta concretar el día de la boda. Olvida a Giovanni. No vuelvas a acercarte a el.
Chiara no dijo nada, con su boca abierta y su mejilla colorada, levantó la cabeza bien alta como nos han enseñado, enmascaró sus sentimientos y se marchó de la mesa, hacia la puerta de entrada. Cerró de un portazo. Miré a Padre.
-has sido muy duro- dije defendiendo a Chirara.
-No estaras tu de acuerdo en que se case con ese don nadie, teniendo a Cesare como candidato verdad?- me acusó Padre. Pensé en Cesare. Típico chulo y creido, hijo del boss. Tratará a Chiara como a un trapo. La engañará y la dejará tirada. Él es mucho peor que yo. Pero Padre no lo entiendió. Lo único que vio es el juego que le dará tener otro clan aliado. Antepuso el crecimiento del clan a la felicidad de su hija, pero eso no es nada nuevo, al menos para mí.
-todos sabemos que Cesare no la cuidará bien padre- defendí.
-lo hará- dijo Padre dando por finalizada la conversación.
Me levante de la mesa y sali por la puerta de la entrada para buscar a Chiara. Alessandro salio detrás de mí.
-Luca! A donde vas?- dijo alessandro detrás de mí.
-a buscar a Chiara a donde si no?
-dejala. Ya volvera.
-No Ales, no. Puede hacer cualquier locura. Quiere a Giovanni y odia a Cesare. No hay manera de que ellos dos se casen- dije intentando hacer entender a Alessandro.
-Luca no te entrometas. Deja que Padre haga lo que quiera. Deja de inmiscuirte. Deja a Chiara.
-dejalo Ales, no sabes nada- conteste ya de mala gana. Alessandro me cogio el brazo y me hizo darme la vuelta.
-que es exactamente lo que no se, eh hermanito?- pregunto Alessandro con voz dura, enarcando una ceja. Era el diablo en ese momento.
-quiere estar con el, no con Cesare. Eso es lo que tienes que saber. Deberias defenderla es nuestra hermana.
-y el nuestro padre Luca. A ver si te entra de una puta vez en la cabeza que Padre esta por encima de todo.
-eso ya lo veremos- dije en un susurro. Alessandro ni siquiera me oyo.
–Lo sabías, desde el principio. La locura que iba a cometer Chiara esta noche y no me has dicho nada? –preguntó de repente Alessandro sin venir a cuento. Me giré para encararle.
–No es asunto tuyo Alessandro –espeté. En otro momento, le habría llamado Aless, pero en ese momento, la ira hervía dentro de mí y él ya no era Aless, era Alessandro.
–Lo es, también es mi hermana –contraatacó Alessandro.
–La habrías delatado –es lo único que contesté.
Alessandro se dio la vuelta y entró en casa. Ni siquiera intentó revatírmelo porque sabía que tenía razón. Ahí, en ese mismo instante, Alessandro y yo perdimos toda la confianza que durante tanto tiempo habíamos ido creando.

Padre nos enseñó que lo primero es la familia y era lo que estaba haciendo; seguir su consejo y sus reglas.

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