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martes, 23 de julio de 2013

Abriendo los ojos - Cap 31 Luca


Capítulo 31




-Antes-



     –Luca, Padre quiere verte en el despacho –dijo Ágatha en español entrando en mi cuarto. La miré sonriéndola.
–Ahora voy reina –contesté.
–Vale –contestó Ágatha. Sonreí. Mi tía también se estaba encargando del español de mis hermanos pequeños.
Salí de mi cuarto segundos después, hasta el despacho de Padre. Me quedé parado en su puerta. Apreté mi mandíbula, me puse recto, mentón alto y llamé a la puerta.
Pase –escuché decir a Padre en italiano.
Abrí la puerta sin saber qué pasaría cuando saliera de esa habitación.
Siéntante Luca, tenemos que hablar.
Dime, Padre.
Tenemos un proyecto en mente. Queremos que lo hagas tú – con ese nosotros, se refería a él y mi abuelo.
Dime.
Es en Alaska. Por fin lo que has estudiado nos va a servir de algo. Un grupo de médicos están haciendo experimentos para crear un suero.
Y dónde entro yo?
Quieren crear un suero natural. Con plantas, como eso que has estudiado hijo –dijo Padre. Ni supo pronunciar, decir, lo que había estudiado.
Ajam
¿Sabes lo que significaría para nosotros si eso sale bien?, ¿tener el monopolio del suero? Muchos millones.
Asentí sin decir nada más.
y Alessandro?
Él se quedará aquí, cuidando de los demás. No podemos permitirnos que os vayáis los dos. Nos quedaríamos desprotejidos.
Sí, pero tú sabes que trabajamos mejor juntos.
esta vez tendrá que ser diferente.
cuándo salgo?
En una semana. Toma, informes detallados de las personas con las que trabajarás. Jose, el encargado del proyecto, llegará dentro de unos meses, pero tú tienes que ser el primero en llegar. Tienes que ver la zona y empezar a crear un papel importante y creíble. Confío en ti para esto.
Asentí y salí del despacho con más de trescientos folios bajo el brazo. Fui al cuarto de Chiara y juntos, leímos los informes de Padre. Y según los iba leyendo en mi mente se fue formando un plan.
–Chiara, vamos a huir –dije dejando de leer.
–¿Cómo?
–Vamos a huir de aquí, a España.
–España... –dijo con voz soñadora Chiara.
–Voy a hacer este trabajo, con estos hombres y huiremos.
–Pero Luca, te pillarán, sabrán que has sido tú cuando te tengas que quedar con su idea y cómo vamos a ir al mismo país que ellos?
–Entendemos español, es nuestra oportunidad. Les sacaré información para que podamos huir y cambiar nuestros nombres.
–Giovanni...
–Él también vendrá. Encontraré una casa para nosotros tres y volveré a por vosotros, no lo dudes.
–Pero Luca... Es muy arriesgado...
–Sé que me estás diciendo eso por decir y que en realidad estás aterradamente feliz por lo que acabo de decir.
–Es verdad –dijo Chiara con lágrimas en los ojos mientras me abrazaba —. Tengo miedo.
–No lo tengas, porque pronto acabará todo.

Y así, en un segundo, mi cerebro maquinó un plan para sacar a Chiara de casarse con otro que no fuera Giovanni. Lo malo es que yo tenía toda la carga. La de sacar a Chiara, la de hacer bien mi trabajo sin levantar sospechas. No podría permitirme ni un paso en falso o lo perdería todo. Y Chiara también lo perdería todo.

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