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lunes, 15 de julio de 2013

La vida nos volverá a juntar, tlp - Cap. 25 Ada

Capítulo 25

Ada


     -¿Hemos pasado aquí la noche?- pregunté desconcertada, no recordaba mucho la noche anterior, salvo que Marcos me había acunado y susurrado hasta que me había tranquilizado.
-si, te quedaste dormida- me dijo marcos sonriéndome, sin dejar de acariciarme.
-Gracias- dije sin saber qué mas decir.- ¿Has estado toda la noche despierto?- pregunté.
-si, por si acaso te despertabas- dijo mirándome todavía. Me sentí a gusto. Me protegía, desde que nos conocimos lo hacía siempre que lo necesitaba. Pero por otra parte, me sentí mal por él. No había podido descansar por mí. Por mi problema con los tíos.
-gracias- dije una vez mas y esbocé una pequeña sonrisa. No sabía cómo devolverle el favor tan grande que me había hecho pasando la tarde y la noche conmigo, sin separarse ni un instante de mí.
-te invito a desayunar- me dijo marcos viendo que estaba un poco mejor. –lo necesitas, no quiero que vuelvas al apartamento con el estómago vacío-
-pero.. ¿Y las chicas?- pregunté.
-no te preocupes por ellas, llamé a Vanessa y la conté que íbamos a pasar la noche en la playa y que seguramente volvieras a casa desayunada. Después de todo lo de anoche, debes de reponer fuerzas-.
-si- dije y pensé: sino no voy a poder volver a ponerme a llorar. El dolor del pecho no había desaparecido pero parecía más pequeño y no sentía tanta presión. El haberme quedado dormida había borrado parte del dolor. Me solía pasar eso, salvo que en otras ocasiones, me había acostado triste y al despertar, estaba como siempre. Esta vez, estaba mejor pero no como habitualmente.
-¿Nos vamos entonces?- me preguntó Marcos con dulzura. A pesar de haber pasado la noche en vela por mi, aun tenia fuerzas para intentar animarme y llevarme desayunar. No me podía negar, estaba haciendo muchas cosas por mí.
-si, claro- dije incorporándome. Marcos me ayudó a levantarme y luego ambos, de la mano, fuimos hasta un bar con Dafne siguiendo nuestros pasos. Desayunamos tostadas con tomate, aceite, sal y jamón y un vaso de leche fría. Devoramos el desayuno ambos y cuando terminamos, pedimos otras dos tostadas para cada uno. Marcos intentó animarme de todas las maneras que pudo, y al final, vacilando al camarero, consiguió arrancarme una sonrisa y una carcajada, corta, pero al fin y al cabo, una carcajada.
Volvimos a mi apartamento y allí estaban todos, planeando bajar a la playa. Marcos, Roberto y Álex se unieron y fuimos todos a la playa. Miré a Liam, evaluando el daño que podría haberle causado durmiendo en la playa con Marcos, habiendo huido del apartamento con él. Parecía un poco distraído y distante, así que, sin saber muy bien por qué, se activo en mí la idea de que era mi turno para conquistarle. A pesar de que tenía miedo, de que no estaba segura de nada, el ver que no se fijaba en mí hizo que me activara completamente, que intentara llamar su atención. (No sabía qué era lo que le había llamado la atención de mí, por lo que no sabía cómo hacer que se volviera a fijar en mí). Me sentí mal por haberme ido con Marcos sin dar explicaciones, pero realmente no tenía por qué darle explicaciones. Necesitaba salir de su apartamento y aclarar las ideas (aunque no las había aclarado en absoluto). Se debatían en mi mente muchas ideas, sobre si debía o no compadecerme por lo que había hecho. Llegué a la conclusión de que lo hecho, hecho está: ahora solo podría intentar arreglar el resto del día con él; dejando claro que yo era libre de hacer lo que quisiera y que no pasaba nada porque Marcos saliera conmigo a dar un paseo. verdaderamente.. a Liam le necesitaba, tanto como a Marcos.

Pasé a la acción, no me podía permitir perderle. Intenté ponerme cerca de él siempre que pude. Intenté tropezar con él en varias ocasiones solo por rozar su piel contra la mía. Intenté pasarle las bebidas que pedía para que cuando la cogiera, rozara mi mano. Le devolvía miradas y sonrisas cariñosas cuando me miraba. Intenté cogerle del brazo varias veces para llamarle, pero él.. Se resistía o eso era lo que yo veía. Por la noche, cenamos en el apartamento de los chicos, ayudé a Liam siempre que llevaba o traía algo de la cocina y al final del día, cuando nos despedimos, le apunté mi teléfono en un trozo de papel, se lo di mientras me despedía de él, dándole un beso en la mejilla.
-hasta mañana- susurré
-descansa- me contestó él.
Esa noche, llamé a Marcos para pedirle consejo. Estuvimos parte de la noche hablando por teléfono, en su mayoría de Liam y de mí, aunque también hablamos de algún asunto pendiente de Marcos. Él siempre tan atento.. Me costó colgar y quedarme sola metida en mi cama, pero tenía que hacerlo, no iba a tenerle otra noche en vela por no estar sola.. Tardé mi tiempo en quedarme dormida, pero cuando por fin lo conseguí, tuve un sueño mejor de lo que esperaba. Pero no duró mucho, ya que a las tres de la mañana mi móvil sonó. Era un mensaje de Liam, supuse, pues el número era desconocido.

Numero desconocido: Te spero abajo

Leí el mensaje en voz baja. Dudé en bajar. Pero no me pude resistir. No le contesté al mensaje porque intuí que había dado por sentado que bajaría. Encendí la luz de mi cuarto y me vestí. Dafne se removió encima de la cama, pero no llegó a abrir los ojos. No sabía a dónde iríamos así que opté por una camiseta ancha de tirantes (que usaba para dormir) y unos pantalones anchos con bolsillos de color azul oscuro que me llegaban pasadas las rodillas. Salí sigilosamente de mi habitación e intenté hacer el menor ruido posible. Pasé por la terraza para coger mis chanclas y salí por la puerta, cerrando con llave.
Liam me esperaba frente a las escaleras, apoyando su espalda en el edificio de enfrente. Le observé furtivamente. Tenía una pose chulesca con su camisa blanca medio desabrochada que dejaba entrever parte de su pecho, robusto y cálido. Y sus pantalones cortos negros, que le hacían unas piernas de lo más sexys. Era como un imán para mí. No me gustaba tener que depender de esa forma de él. Con Liam, todo lo que había llegado a conseguir en unos años acerca de mi relación con los tíos, se esfumaba, como si nunca hubiera existido, como si nunca hubiera puesto de mi parte, como si no me hubiera dejado la piel.. con él, volvía a ser la Ada que siempre había sido (eso sería bueno si no tuviera miedo del amor y del daño que éste produce). Bajé las escaleras despacio esperando que Liam hiciera ademán de acercarse, pero no lo hizo. Por consiguiente, me acerqué a él decidida.
-hola pequeña- me susurró con una media sonrisa.
-hola- dije sin más- mire sus ojos brillantes. El por su parte, saco las manos de sus bolsillos y las arrastro hacia mis caderas, donde las dejo reposar. Me quedé quieta sin saber qué hacer. La sensación que me invadía al sentirle tan cerca me encantaba y embriagaba todo mi ser.
-vamos?- dijo después de unos minutos en los que ninguno de los dos habló. Me arrastró hacia la playa acogiéndome del codo. Me gustaba sentir su tacto en mi piel. Tenía las manos calientes, tal vez estuviera algo nervioso.. aunque seguro que no tanto como yo, que no sabía donde exactamente me estaba metiendo.
Me hizo meterme en el mar, que estaba a oscuras, donde me topé con algo. Una moto de agua. Nunca había subido en una.
-vamos a subir en una moto de agua?- pregunté algo indecisa. Era de noche, no se veía nada.. cómo íbamos a ir en moto de agua?
-si- dijo contra mi odio. Sus labios rozando mi oreja.. Asentí sin decir nada más. Me iba a dejar llevar.
Me ayudó a subir en la moto, el se colocó tras de mi y fue pulsando un par de botones hasta que se puso la moto en marcha.
-a donde vamos?- le pregunté. Giré ligeramente la cabeza para poder observar su silueta gris sobre el fondo negro que era la playa. Sentía su torso acoplándose a la forma de mi espalda, encajando en ella. Era algo placentero. Me proporcionaba calor ahí donde su torso bordeaba mi cuerpo.
-ahora lo sabrás- dijo. Me hizo poner las manos sobre los manillares de la moto y juntos, condujimos hacia la parte izquierda de la playa. Nunca había estado por allí. Bordeamos una gran roca y nos encontramos a unos pocos metros de una playa, parecida a Pequeña Playa. En mitad de esta, había un círculo formado por velas, con un mantel en el centro, copas, vino y algo para comer.
-te gusta?- me preguntó. No sabía muy bien qué hacer, pues no sabía exactamente por qué me había llevado allí, bueno sí, porque le gustaba no?
-si- dije en un susurro. No quería que se diera cuenta de lo mucho que me había emocionado. Ese detalle hizo que pensara en mi pasado y pensara: no puedo hacerle esto a Liam, no puedo.. se merece más.
Llegamos a la orilla y se bajó primero Liam para acercar su mano a una de las mías y ayudarme a bajar. Ese gesto hizo que se me saltaran los colores.
-bua! Es precioso Liam, gracias- dije al ver de cerca todo lo que había hecho. El círculo, estaba compuesto por velitas cilíndricas de color morado, mi color favorito. (no sé cómo lo supo). Las velas estaban unas de otras a la misma distancia y formaban un círculo perfecto. La llama que desprendían daban algo de calor, lo cual vino bien, pues esa noche, había refrescado con respecto a la tarde. El mantel era a cuadros amarillos y blancos y en él había dos copas de vino, llenas. Dos platos azules con una servilleta doblada cuidadosamente en el centro y varios platos alrededor de estos dos con tortilla, jamón, pizza..
-te gusta?- me preguntó Liam. Yo casi me iba a echar a llorar.. ¡Cómo no me iba a gustar..!
-perfecto- dije sin más con una sonrisa que le dediqué. Él en sí era perfecto y la noche.. Sin duda lo sería.
-siento lo de la comida pero.. no tenía más- se excusó. Lo miré fijamente.
-no digas eso, me gusta así- dije. Y no mentí. Así era perfecto. No hubiera cambiado nada. Por una noche olvidé mis días de pensar qué hacer con él y me abandoné a la velada que me había preparado.
Comimos todo y después nos dimos un baño corto en el mar. Ambos con ropa interior.
-te ha gustado?- me preguntó sentado en la arena Liam con el cuerpo empapado.
-si- dije y sonreí mientras hundía mis manos en la arena y agarraba entre mis dedos y mi palma un puñado. Sin que se diera cuenta le restregué la arena por la espalda.
-seras...!- dijo Liam mientras yo salía corriendo dentro del agua. Él me siguió y los siguientes quince minutos los pasamos lanzándonos bolas de arena y agua salada el uno al otro hasta que terminé atragantándome de tanto reír con el agua salada y la arena que Liam había logrado lanzar y colar en mi boca. Tosí.
-estas bien?- preguntó Liam alarmado mientras corría hacia mi.
-si, no te preocupes- dije mientras le dedicaba una sonrisa para que no se preocupara. Aun así, apunté una nota mental: devolvérsela algún día.
-cuando nos sequemos nos vamos? En nada amanecerá- dijo Liam. Miré mi reloj. Eran casi las siete de la mañana. Debería empezar a amanecer en segundos.
Nos secamos mientras veíamos el amanecer.. puff lo pasaría mal todo el día despierta.. sin haber dormido nada..
Nos subimos en la moto de agua, esta vez el iba delante y yo agarrada fuertemente a su tórax. Sentía como subía y bajaba según respiraba, como su corazón latía fuertemente, posiblemente por la presencia de mis brazos y mis manos alrededor de su cuerpo. Coloqué mi cabeza en su espalda y suspiré. Pensaba que iríamos la vuelta callados, pero no fue así.
-tienes pensado casarte alguna vez- preguntó Liam. Note que los músculos de su abdomen se tensaban esperando mi contestación. No me esperaba para nada esa pregunta.. ya hablaba de casarnos? O cómo era eso?? me costaba respirar. Me estaba agobiando.. a pesar de ser una simple pregunta.. así que pensé en contraatacar.
-no. Tú sabes lo que has a hacer dentro de unos años?- pregunté. Esta vez era yo la que estaba tensa por la contestación que me daría.
-no- dijo Liam. Pensé que no iba a decir nada más, pero noté cómo se volvían a tensar los músculos de su tórax. Creo que estaba indeciso de si decirme lo que pensaba o no. al final lo soltó -entonces eso significa que a quien beses en este tiempo no significara nada para ti- dijo liam. Su voz sonó dura y concisa, arrogante. Algo, un sentimiento extraño, me invadió. Él no iba a no significar nada si le besaba (que ya lo había hecho). ¿Quería decirme con eso.. que el beso que me había dado no significaba nada? Mejor no pensar.. dejaría que mis amigas me dieran su opinión.
-¿estas insinuando que quieres un beso?- pregunte con voz picara y un toque meloso, por seguir su juego.
-no yo quiero que signifique algo- contesto de la única manera que no esperaba que contestara. Mi cuerpo se quedo rígido. No sabía que decir a lo que acababa de escuchar salir de sus propios labios. Y para molestarle por su pregunta indecente le inste a que bajara la velocidad. Aunque en realidad.. lo que pasaba es que me estaba liando.. más y más.. primero parecía que quería que pensara una cosa y al instante lo cambiaba por otra..

Me dejó en casa tras darme un beso lento en la frente, para después bajar y rozar mis labios con los suyos, dejándome con el pulso acelerado, la respiración entrecortada y sola mientras abría la puerta.

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