Capítulo 4
Nuestro
primer beso fue la primera vez que quedamos. Fue un día un tanto...
distinto... ¿Lo recuerdas? Era viernes, primeros de septiembre.
Habrían pasado unas dos semanas desde aquellas fiestas de
Navacerrada cuando nos conocimos.
Le
dije a mi madre que habíamos quedado con unos amigos de Alejandro y
con él también (no era del todo mentira). Convencí a una amiga
para que viniera, pues me daba mucha vergüenza ir sola.
Estuvimos
toda la semana planeando quedar, lo recuerdo. Te dije dónde estaba
mi casa y debí expresarme mal, pues te mandé muy lejos de donde se
suponía que habíamos quedado... Después de la equivocación, una
hora más tarde, estabas en mi casa. Llamaste al telefonillo y
bajamos; pero no bajamos como personas normales... para dar el cante
(mi manera de llamar la atención) me puse unas zapatillas que
llevaba mi amiga que tenían ruedas en la suela, y bajé las
escaleras con esas zapatillas. La cara que debiste poner al verme
hacer tal estupidez, debió ser buena.
Después
de eso, nos saludamos torpemente (como era de esperar) dándonos dos
besos. Estaba atacada de los nervios y no metí más la pata porque
no pude. Me cambié las zapatillas nada más pisar la acera, seguro
que tú diste las gracias a Dios cuando viste que dejaba de hacer el
tonto.
Te
miré fijamente unos segundos. Ibas con pantalones baqueros y tu
chupa de cuero. Tu pelo largo y rizado en una coleta, como siempre.
Pasamos
una tarde... como llamarlo... extraña. Íbamos los tres y creo que
tu pensabas como... ¿Cuándo se ira Carol?
En
algún momento de la tarde nos cogimos de la mano y ya no las
volvimos a separar. Tus dedos no eran suaves como otras manos que
había tocado antes, eran rugosas y con algunos callos. Eso era
porque trabajabas en la ferretería con tu padre.
Nuestro
primer beso fue en un banco, al lado de mi casa... El mejor primer
beso que he tenido. Aunque también un tanto extraño. Después de
que se fuera Carol, nos fuimos a un banco... Cuando estábamos a
punto de besarnos y yo nerviosa y temblorosa como un flan, apareció
mi hermano montado en patinete jajajaja; pensé que eso solo pasaba
en las películas, pero no, en el mundo real también. Él iba en
patinete y nos saludó y se fue. Me puse más nerviosa aún con eso y
no sé cómo fui capaz de besarte. La verdad es que me daba mucho
miedo besar, pensando que al que besara no le gustaría mi beso, no
era una experta ni mucho menos y tú me sacabas tres años.
El
roce de tus labios contra los míos me hizo temblar y cuando nuestras
lenguas se juntaron, hubo un segundo que no supe que hacer con la
mía, después solo me dejé llevar, haciendo lo que tu hacías. Me
acerqué más a ti y continué el beso. Cuando nos separamos, abrí
los ojos poco a poco, igual que tú. Me anonadó que tú también los
cerraras y los abrieras con la misma dulzura que yo.
Nos
fuimos a mi portal para estar más calentitos después de eso y por
miedo a haberte besado mal, intenté buscar excusas para no besarte.
Así fue como terminamos pasando del asiento que hay en mi portal al
suelo, tumbados. (otra tontería mía de llamar la atención y evitar
besarte por si no te gustaba). Pero tú eras (y eres) muy persistente
y lograste que te besara una y otra vez, perdiendo un poco el miedo a
besar mal (pensé... si
me quiere besar será porque lo hago bien).
Esa
noche me mandaste un mensaje diciéndome lo mucho que te había
gustado besarme y al día siguiente hablamos toda la mañana hasta
que te pregunté.
YO:
¿estamos saliendo juntos?
TÚ:
claro, ¿no?
YO:
sí, pero desde cuando. Desde ayer o desde hoy?
TÚ:
desde ayer no?
Se
notaba por los mensajes que eramos un tanto inexpertos en eso de
estar juntos. Hoy recuerdo esto y me río. En ese momento, cuando te
escribí el mensaje, tenía miedo de que dijeras que no. Me acuerdo
que antes de quedar y besarnos en los mensajes siempre hablábamos de
lo que nos gustaba y lo que no de una persona. Y me acuerdo también
que cuando hablábamos de gente con la que nos habíamos besado (en
mi caso dos) yo siempre te decía que yo buscaba algo serio con un
chico, no solo liarme con él.
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