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lunes, 8 de julio de 2013

La vida nos volverá a juntar, tlp - Liam Cap. 24

Capítulo 24

Liam


     No me quería separar de ella, pero cada uno se tenía que ir a su apartamento a dormir.
Me costó conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en ella. Terminé cayendo rendido en un sueño profundo con una sonrisa radiante en la cara. Todavía no me podía creer que realmente hubiera pasado el mejor día de mi vida aquella tarde, la tarde que nos habíamos besado.

Me desperté y enseguida me puse en marcha para poder ver a Ada una vez más. Parecía como si se hubiera convertido en una droga para mí. No podía estar lejos de ella, la necesitaba después de aquel beso. Sam se despertó y saltó sobre mis piernas intentando que dejara de estar absorto en mis pensamientos y la saludara.
-hola Sam- dije acariciándole la cabeza. Revoloteó un rato más sobre mi cama y después bajó al suelo y me instó a salir de la habitación.
-buenos días- dije cuando salí de mi habitación con Sam detrás.
-buenos días Liam- dijo Miguel
-he llamado a Ainhoa, hemos quedado en la playa- dijo Pablo. Se me habían adelantado.
-hemos supuesto que querrías ver a Ada- dijo Ángel en voz baja, como si temiera haber metido la pata.
-perfecto- dije mientras me encaminaba a la cocina para coger algo de desayunar.
Desayuné lo más deprisa que pude y me quedé pensando en cómo era posible que yo me hubiera dado prisa para levantarme temprano y todos mis amigos estuvieran ya en pie y desayunados.
Cogimos nuestras tablas, toallas, un par de sombrillas y bajamos todos con Sam a la playa. Nos dio tiempo a surfear una hora antes de que las chicas llegaran. En cuanto me metí en el agua la idea de ver a Ada se hizo más intensa. El agua me recordaba a ella y ningún pensamiento que se me pasaba por la cabeza era de otra cosa que no fuera Ada. El agua estaba más caliente de lo habitual, me sumergí por completo para acostumbrarme al agua ya que no había bajado mi traje de neopreno. Me tumbé en la tabla y remé mar adentro para intentar coger una ola, aunque esa mañana casi no había ninguna excepcionalmente grande. Esperé mirando al cielo, a la arena del mar, los peces que pasaban por debajo de mí, hasta que vi acercarse una ola más grande que las demás, aunque no gigantesca. La cogí, me puse de pie en la tabla, y la ola me llevó hasta la orilla casi intentando envolver mis pies y parte de mis piernas. Había prometido a Ada que la enseñaría a surfear y siempre que surfeaba me acordaba de aquella promesa, que algún día cumpliría.
No estuve mucho tiempo dentro del agua porque quería estar fuera cuando llegara Ada. Supuse que al vernos, se nos aceleraría el corazón, Ada vendría a mí y nos besaríamos, un gesto que haría que nos presentáramos antes los demás como pareja. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando llegó Ada, no vino a mí, a besarme; me evitó. Yo, que la esperaba con mi mejor sonrisa y ella la rechazó. Se fue a nadar sola, en vez de invitarme a nadar y bucear con ella, como habíamos hecho la vez anterior. No sabía que pasaba. Por un momento me sentí realmente como si fuera una chica, de estas que no paran de decirse a sí mismas: “solo era un juego para él”; “me ha utilizado”; o “él solo quería un beso y yo algo más”. Me sentí mal, le había dado todo y ella ahora pasaba..
Me quedé en la orilla mirando como nadaba, como buceaba, intentando entenderla, hasta que salió del agua y nos fuimos a nuestro apartamento a comer.
Se sentó lejos de mí en la mesa. No sabía por qué hacía eso. Habíamos estado tan bien hacía tan poco tiempo, que no entendía qué había cambiado de repente. Mis ojos no paraban de desviarse hacia su figura. Era tan bella y la sentía tan lejos.. Un par de veces, nuestras miradas se cruzaron y yo sin saber muy bien porqué apartaba enseguida la mirada. Era como si empezara a dudar de todo. No comprendí lo colado que estaba por ella hasta que la pasó a buscar Marcos. Ese chaval.. no me hacía ninguna gracia. No es que yo pensara que Ada era de mi posesión, pero no estaba dispuesta a compartirla con nadie. Y más con marcos, que estaba seguro de que no era el “amigo” que Ada pensaba que era. Marcos seguro que quería algo más que amistad con ella. No me inspiraba ninguna confianza.

Se fue con marcos y no volvió cuando las chicas a media noche, volvieron a su apartamento, lo que me puso más celoso aún. No pude dormir en toda la noche pensando en ellos dos, estuvieran donde estuvieran. A saber a donde le había llevado Marcos y qué estarían haciendo en ese momento. Realmente estaba bastante celoso. 

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