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martes, 23 de julio de 2013

tú tb eres raro de lo normal que eres - cap. 5



Capítulo 5


     Al principio nadie sabía que estábamos juntos. Fue por mi culpa. Alejandro siempre había querido salir conmigo y me daba pena que supiera que estábamos juntos por si se enfadaba. Creo que eso fue un error, pero en ese momento, pensé que era lo mejor. En mi defensa diré que era solamente una cría de catorce años.
Nos escaqueábamos después de clases y nos besábamos. En esa época tú tenías dieciséis para diecisiete en noviembre.
No quedábamos los fines de semana y éstos, te los pasabas con tus amigos, saliendo de botellón. Recuerdo que me enfadaba contigo cuando bebías. Hoy lo pienso y no sé por qué lo hacía, creo que por miedo a que borracho besaras a alguna chica. Nunca llegué a salir con tus amigos en esa época. Soy vergonzosa y solo salíais a beber, algo que no hacía.
Me mandabas mensajes tales como:
TÚ: Wola guapa, esto no está bien sin tí, te echo de menos.
Y sabía que estabas borracho mientras me escribías el mensaje y me enfadaba. Creo que el que me enfadara no solo fue por mí, si no por mis amigas que también me comieron el coco diciendo que beber era malo y que podrías hacer alguna tontería estando borracho.
La única vez que lo pasé mal contigo fue una vez que habíamos quedado donde siempre después del colegio. Y tú me empezaste a meter mano, hasta ahí todo bien, pero... empezaste a deslizar tu mano desde mi trasero hasta el lateral y yo empecé a ponerme nerviosa. Más que porque llegaras al lugar prohibido, porque tenía la regla y me daba MUCHA MUCHA vergüenza que te pudieras manchar las manos. Intentaste hacer un reconocimiento, pero te lo impedí moviéndome y comenzando a andar. No te diste por vencido y volviste a intentarlo, llegando a rozar mi sexo. Me diste un susto tremendo y en cuanto pude te di una excusa y me fui a casa.
Le conté lo que pasó a mis amigas y cada una me dio su opinión. Si hubiera tenido la confianza que tengo ahora contigo antes, no lo habría pasado tan mal. Te mandé un mensaje extraño para darte una explicación por haberme ido tan rápido que era muy poco creíble. Días después te comenté en un mensaje que me había sentado mal que intentaras tocarme. Tú me pediste perdón. No fui capaz de mirarte a la cara y decírtelo, me daba vergüenza.


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