Capítulo
30
-Ahora-
Vuelve
a sonar mi móvil. Es Padre por tercera vez en lo que va de día. No
se lo cojo. Se que llama porque alguno de sus hombres nos habrá
visto a Ana y a mi en la moto o andando por la calle. O simplemente
se habrá dado cuenta de que paso mucho tiempo con ella, en casa de
Jose, como me dijo hace unos días al llamar. Padre nunca me dejaría
haciendo un trabajo solo, no esperaba menos de él, simplemente con
Ana, olvidé por completo que seguramente estaría vigilado las
veinticuatro horas del día. Con Alessandro, no habría ningún
problema; pero estoy seguro de que Padre empieza a vislumbrar que le
causaré problemas en un futuro no muy lejano. Mi móvil vuelve a
sonar. Lo miro ceñudo. Resoplo y le doy al botón de llamada.
-Luca
ya era hora!- gruñe Padre en italiano desde el otro lado de la
linea. Resoplo antes de contestar
-estoy
harto de que no dejes de llamar- digo con voz dura, también en
italiano.
-no
me hables asi Luca. Trabajas para mi. Yo doy las ordenes, yo decido
cuando te llamo. Tu ocúpate de ejecutarlas a su debido tiempo y como
yo te he enseñado- gruñe más enfadado que antes Padre.
-lo
que tu digas
Papà-
contesto con
un resoplo. No me gusta enfrentarme a Padre, pero me gusta hacer mi
trabajo por mi cuenta, no con mi padre y diez matones siguiendo todos
mis pasos.
-no
quiero que te acerques más a la chica de Jose Antonio ¿Está claro?
Lo único que hace esa niña es entretenerte y desviarte de tu
trabajo. No es nadie para ti. Aquí en Italia es donde tienes que
encontrar a tu futura esposa- espeta mi padre. Pongo los ojos en
blanco.
-lo
que tu digas- vuelvo a decir. Desafiándolo indirectamente.
-céntrate
en tu trabajo!- me grita Padre irritado. Gruño.
-ya
lo estoy haciendo!- grito lleno de ira.
-si
lo hicieras, mis hombres no me habrían llamado. Haz tu trabajo o
mandare a alguien más. Estas avisado
Luca- ruge Padre antes de colgarme. En cuestiones de trabajo, Padre
es igual conmigo que con los hombres que tiene bajo su mando.
Todo
parecía mucho mas fácil antes. Un último trabajo y escaparía. Pero
ahora cada vez me pillo más por la chiquilla de Jose y la idea de
terminar mi trabajo me aterra. No sé que me pasa. Sé que tengo que
hacer mi trabajo y alejarme de todo, pero Ana me invita a acercarme a
ella y olvidar. Por otro lado, tendría que estar loco para retar a
Padre, tan poderoso, ambicioso... Pero... Puede que ya este loco...
Por ella... Nuestra conexión... Pero no, no pienso aceptarlo. Si
reto a Padre, es por mí, porque sé que puedo retarle, no por ella.
No... Por ella no... Es imposible no... Mente en blanco... Es lo
mejor. Decidido, es lo mejor.
No
sé en qué momento mi cabeza a pasado a pensar lo que piensa ahora.
No sé en qué jodido momento la hija de Jose ha empezado a ser algo
más que una niña para mí.
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